SUSANA SZWARC: OFELIA SE AHOGA... SIEMPRE

SUSANA SZWARC:
OFELIA SE AHOGA... SIEMPRE


El aire se deja sentir


Gritan, se desgañitan.
Si lloran se ensanchan los pulmones
y la risa sale –de ahí –mejor.


¿Tiene lengua la calavera?
¿Están crudos los muertos?
¿Y el espectro?, dice el Sepulturero.


(Parecen pequeños, todavía más de lo que son,
y eso es por desnutridos.
La diminuta Ofelia se ahoga
en una palangana. Así su escenografía.
Actores que hacen de actores
nos confunden más.)


Hamlet, el que va y viene dudando,
más loco que el loco Borda que camina de
Aviá Teray a Corzuela a Makallé a
Pampa del Infierno, donde quedamos.


También el público grita, se desgañita:
Hamlet no tomes la mano del jefe.
Borda no tomes ese vino aguado.
        No soy el Loco, soy Laertes
        y en esta Pampa del Infierno alguien
        nos envenena.
¡Traición! ¡Traición!


Vuelan cadáveres, gallos. Preguntan:
¿hubiese sido él un gran patrón?
Espectadores, espectros, ríen, aplauden, silban.
Mientras otro loco murmura: ¿tantas
víctimas entre copetudos?
Mientras el público insiste: ¿qué
bélico rumor es ése? ¿Cómo llegan
hasta aquí estos tambores?


Y Hamlet, dirigiendo la mirada:
mi buen amigo, ¿cuidarás que los cómicos
duerman y coman bien? ¿Oíste?
        porque ellos son el compendio, la breve
        crónica de los tiempos.














Sin flores del cerezo


¿Sueña con los sueños de Kurosawa cuando recuerda?:
Ese hombre en el placer de hundirse
-¿en la cuneta?- le pregunto
y Magdalena  ríe porque se trata de la nieve.
Si no se da cuenta, si no se apura, si no junta
-¿barro?-
fuerzas, va a terminar mal.
Ahora me río yo y hace tanto sin
la risa que suena
(ajena). El cuerpo se estira, se aleja.
Nos confundimos él - yo.
¿De quién la parte que se reparte
entre cuneta y nieve?
("Se" insiste, como si, aún sin acento,
de  lo borrado se tratara). Mientras alguien duda
entre seguir o quedarse
(cuneta-nieve)
por la ventana llegan el sonido de las cumbias
y el olor del asado: los vecinos, otra vez.
¿Qué los hace así, alegres? ¿No ven el fragmento,
el sueño, el cuerpo, la rotura, el grito?, ¿y por qué
lo verían? Ellos están con su propia carne,
un asado ya no es cosa de todos los días.
Es en Sueños donde se debate la salida: golpear
la puerta de al lado, una entrada a la fiesta.

 Poemas de El ojo de Celan  
(Alción, 2014).

Susana Szwarc

Escritora. Nació en Quitilipi, Chaco.  

Ha publicado  libros de poesía y narrativa. Los últimos son: La mesa roja, (antología de 30 años de escritura, Edit Desde la gente (2010),  El ojo de Celan (poesía, Alción, 2014), Trenzas (Entropía, 2016); La muertita o una novela que (La mariposa y la iguana: 2016), Bailen las estepas (Liliputienses, España: 2016). Ha publicado también literatura infantil: Había una vez una gota, Había una vez un circo y Tres gatos locos, entre otros.
Sus obras de teatro fueron representadas en Liberarte, El camarín de las musas y el Centro Cultural de la Cooperación. Como teatrista forma parte del Club argentino del kamishibai (teatro de papel).
Cuentos y poemas suyos han sido traducidos al chino mandarín, rumano, polaco, catalán, inglés. El  libros de poesía Bárbara dice ha sido traducido al francés por Edit. Abra pampa en 2011 por la traductora Cristina Madero), y El ojo de Celan, al italiano por el traductor y poeta Alessio Brandolini, 2016)
Ha recibido diversos premios como el de La fundación Antorcha y premio Regional de nouvelle;  Premio único de poesía  por  Cultura Ciudad de Buenos Aires, Premio Unesco por poesía y cuento, Premio Internacional de cuentos Julio Cortázar.
Colaboró en distintas revistas del país y del exterior como Hispoamérica, Fórnix, Casa de las Américas, Tokonoma.
En el 2011 fue estrenado en Carlos Paz (Córdoba) el cuento dramático musical (ópera) No camines en el barro, (del libro El artista del sueño) por el compositor Cristian Varela.
Actualmente, se están reeditando  sus relatos  y poesía en la editorial Contextos (Argentina) y en 2018 Editorial Lastura (España) publicará  “En algún lugar de la mancha”, poesía para niños.



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